¿Cuántos pasos hay que dar al día para estar saludable?
Es muy acertado decir que entre más movimiento tenga el cuerpo, más saludable se siente la persona, y el caminar en sí mismo, es una de las actividades que se aprende a hacer en promedio desde los 15 meses de edad.
Los beneficios de caminar regularmente son muchos:
El corazón late más pausado, con una mejor frecuencia cardíaca y mejor rendimiento.
Ayuda a la respiración y mejor funcionamiento pulmonar.
Ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiacas o infartos en el corazón.
Reduce los factores de riesgo como la hipertensión arterial, diabetes mellitus, colesterol elevado, obesidad y sobrepeso.
Mejora las funciones y fortalecimiento musculares y óseas.
Ayuda a la salud mental, libera endorfinas y evita el estrés, ansiedad y depresión.
Disminuye la posibilidad de desarrollar algunos tipos de cáncer
Es aquí cuando surge la pregunta, si caminar trae tantos beneficios, ¿cuántos pasos hay que dar para sentirse saludables? Según los médicos, hoy en día lo mínimo que debería hacerse para ser físicamente activo son 10.000 pasos al día para un adulto promedio y entre 12.000 y 15.000 pasos para un niño o adolescente, lo que equivale a una o dos horas de actividad física diaria.
Esto puede medirse por intervalos de tiempo o por una meta de número de pasos, por ejemplo, se puede realizar en una sesión completa de caminata de 1 o 2 horas, o se puede dividir este tiempo en periodos más cortos de caminata sumados durante todo el día (una caminata matutina de 30 minutos puede equivaler a 3.000 pasos, otra caminata del medio día de 40 minutos, son otros 4.000 pasos y finalizar con una caminata nocturna de otros 30 min que completaría la meta de los 10.000 pasos). Sacar el promedio de una caminata se puede hacer por una regla simple: X número de pasos en X periodo de tiempo.
También existen en el mercado múltiples aparatos que permiten hacer esta medición, desde aplicaciones de conteo de pasos en el celular, pasando por podómetros hasta tecnología de punta en medición como relojes o dispositivos que no solo miden los pasos sino variables como la frecuencia o ritmo cardiaco.
Es importante resaltar que la forma en que se realice esta actividad puede variar por factores como la edad o el estado de salud, no es lo mismo rendimiento en una persona adulta que en una persona joven, y es aún más diferente en personas de la tercera edad.